Posterior a su nacimiento el gran Dios Are lanzó a Fura y Tena a un río para que se purifican y fué ahí donde cobraron vida. Fura (mujer) y Tena (hombre) se conocieron desde el primer momento de ser creados, se observaban y amaban mientras iniciaban su recorrido. Al final, tras la infidelidad de Fura con un forastero, Tena dedició herirse a si mismo porque no soportó la infidelidad de su amada. Ella junto al cuerpo de su esposo lloraba sin consuelo. Fue así que cada lágrima que salía de Fura se transformó en una esmeralda.

Sobre el mito de Fura y Tena se ha hablado en muchas ocasiones, pero muy poco sobre su hijo, Itoco, el hijo mimado. Itoco es el nombre puesto a una de las primeras minas que fueron explotadas por los Muzos, los Muiscas y los españoles que colonizaron el territorio Muzo. Actualmente existe una quebrada llamada Itoco donde se lava la tierra y donde se encuentra a hoy esmeraldas.

Las esmeraldas colombianas fueron intercambiadas con los mayas, incas y aztecas, quienes las usaban para joyería y rituales.

Los españoles sufrieron grandes pérdidas mientras luchaban por el control de las regiones esmeraldas, y finalmente irrumpieron en el territorio en 1539. Sin embargo, la subyugación de los muzos requirió otras dos décadas de intensos combates. La sed española de esmeraldas y riquezas era insaciable.

La famosa estatua de la plaza de Bolívar se dio gracias al independentista José Ignacio París, quien además fue el primer contratista de las minas de esmeralda de Cosquez, en Boyacá, tras la independencia del país.

A los pocos años de la muerte de Bolívar, París emprendió un viaje por Europa e Italia logró que el artista Pietro Tenerani modelara la estatua que luego fuera fundida en Múnich, Alemania, hacia 1843 o 1844. La estatua se colocó en en la plaza principal de la capital colombiana, Bogotá. Desde ese momento, la plaza fue bautizada con el nombre de Bolívar.

Muchas familias dentro y fuera de la región todavía hoy cuentan de su lejano familiar, el mítico Efráin Gonzáles ¿quién fue él? contar sus azañas e historias a lo largo de su inexorable vida aveces desemboca en la narración exagerada de su historia. La vida de Efraín o el Siete colores, como un famoso bandolero de origen político pero también un "Don Juan", suscitó gestas y cruentas masacres durante la época de La Violencia, lo cual refleja su rudeza, y el mítcol antihéroe que se volvió, junto con el inicio de la estigmatización de las comunidades del Occidente de Boyacá. El siete colores, famoso por combatir contra el Ejército y por tener gran riqueza y mujeres, es una figura de varias aristas que guarda la historia de un pasado de violencia política y riqueza, algunas de estas narrativas del presente y el pasado del territorio que siguen transformando el futuro.

A "Don Gilberto" muchos les recuerda una historia ya cada vez más olvidada en ese pasado difícil y de conflicto. En sus regalos y sus obras, como carreteras o escuelas, los cuales los gobiernos nunca pudieron llegar a pensarse en dejar a la comunidad. Muchos recuerdan un pasado sin estado o más bien, un estado representado en estas figuras que como él se contaban en cada municipio.

Los dueños del dinero del negocio, pero también de un rol de mando que cautivó a investigadores sociales y generó dinámicas enquistadas y complejas de comprender en la sociedad esmeraldera. Los patrones, figuras políticas y económicas, muchos de ellos iniciaron en el oficio guaquero, desde abajo, con mugre en las botas, como ejemplos pero con mucha violencia y otros negocios lograron dejar una marca histórica en la región.

Mercedes Chaparro Vargas, 'mano derecha' de Víctor Carranza y pilar fundamental del proceso de paz del occidente de Boyacá, era reconocida en el gremio como una una líder vinculada a los procesos de paz que lideró parte del proceso de apaciguar la 'guerra verde'.

Había nacido en Chiquinquirá 46 años antes de su asesinato, cursó sus estudios en la Escuela Normal de Villa de Leyva y posteriormente adelantó estudios en Tecnología en gestión comercial y administración de empresas en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Unad). Fue docente del colegio San Marcos de Muzo y en 1990 se constituyó como socia fundadora del proceso de paz del occidente de Boyacá. En el año 2000 siendo concejala de Muzo se desempeñó como presidenta de esa corporación y posteriormente ingresó como secretaria a la ONG Paz Viva hasta convertirse en una de sus líderes. Recientemente, Mercedes Chaparro se desempeñaba como administradora de la empresa Esmeraldas de Santa Rosa, propiedad de Víctor Carranza (tomado de El Tiempo)

Desde 2014 los comerciantes y guaqueros le han dado vida a ejercicios de organización de base y comunitarias para mejorar las condiciones de los guaqueros de Occidente y defender el mercado nacional de la esmeralda. La Confederación de Esmeralderos de Colombia, Confedesmeralda, la primera organización del gremio comercial esmeraldero es un ejemplo de ello. En 2018 en el territorio se crea la la Red de Asociaciones de mineros tradicionales, barequeros comerciantes y artesanos de Esmeraldas donde confluyen muchas organizaciones de niveles y territorios diversos pero con un mismo fin: El reconocimiento, visibilización y mejora de la calidad de vida de la población sin perder el valor de los oficios del sector de la esmeralda